difusiòn: Lectura para entretener, Por favor no lo leas.

Hola. después de un tiempo de ausencia hoy les traigo una novela de ficción, suspenso y terror.

Por Favor No Lo Leas, de Alexander Krebs

Alex es un escritor guatemalteco que esta llegando a sus cuarenta años de vida y que sigue luchando por publicar alguno de sus escritos ., cuando un día de manera imprevista empieza a tener unos sueños en donde se le aparece Sara, y desde ese momento él la tiene siempre presente en sus pensamientos, ella se mete en los sueños de Alex y así comienza a contarle su historia para que él la escriba.

Una noche, Alex se despertó bruscamente después de una pesadilla, sintiendo una imperiosa necesidad de ir a su ordenador, y estando frente al ordenador, no sabe si esta loco o si esta soñando, ya que su máquina empieza a escribir por si sola la historia de El fin de los Blanco.

Sara se mete en su cabeza y empieza a narrar su historia de violencia, sangre y muerte. Ve como ella descuartizo a sus padres y a su tío con una saña indescriptible y sin ningún remordimiento o pesadumbre por sus actos.

Esto aterra al escritor pero el morbo por la violencia lo atrae y continua ayudando involuntariamente a Sara .

Alex no solo recibe la visita de Sara, también lo visita un cuervo, que pasados unos momentos empieza a cambiar de forma, adoptando la de una persona, le dice que se llama Henri y que ha venido a advertirle que no siga escribiendo la historia de Sara o las consecuencias serán funestas y su tragedia será inminente. Esta extraña persona/animal resulta ser el enigmático Edgar Allan Poe.

Pero qué tenia que ver Edgar con Sara, se hacia esa pregunta Alex, pero fue él mismo Edgar quien se lo explico, así pudo ver lo macabro, lo trágico y espeluznante de la situación, y así como él fue advertido, Sara también lo fue en su momento.

En lo personal, me gusto la novela, el giro al introducir a Edgar Allan Poe en la novela le dio toque interesante ya que él es uno de mis escritores favoritos, es una de esas historias que te dan ganas de leer dos veces, bueno, por lo menos a mí.

A continuación algunos fragmentos de Por favor no lo leas:

...pero Sara ha sido más bien como si algo o alguien me soplaran al oído y con susurros fantasmagóricos me obligara a escribir.
...Toda ella era perfecta, incluso esos ojos negros grandes llenos de odio.
...La imagen de Sara continuaba perturbándome y seguía preguntándome cómo sabía tan bien su nombre y cómo su rostro era tan real en mi mente. La veía ahí parada con su camisón blanco completamente manchado de rojo. Su pelo negro cubriendo casi todo su rostro y manchado también, haciéndolo verse un tanto rojizo.
...Y es que hubiese sido imposible para la joven Madeleine no escuchar el ensordecedor sonido que salía de la boca de Sara mientras golpeaba una y otra vez los cuerpos con el hacha. Lo que salía de Sara era la encarnación del odio convertido en sonido.
...No era la primera vez que se me aparecía un muerto. Ya había visto a mi madre alguna vez. Edgar insistió y no me dejaba escribir con su parloteo, así que me puse los audífonos y puse la música a todo volumen para no escucharlo.
...Sara me dijo que lo ignoró las tres veces que la visitó pidiéndole que no escribiera…también,
... Y sí, suena extraño pero la muerte estaba tan presente en esa casa que parecía que una entidad de las más malignas había tomado posesión de cada habitación,
...Nunca había visto un asesinato a aparte de los que se ven en la Tele, pero éste fue tan real, podía escuchar el cráneo de Sara rompiéndose y oler la sangre que salpicaba su cuerpo.
...La primera vez que escribí algo fue una carta de suicidio, no tendría más de siete años. Que sabía una niña tan pequeña de quitarse la vida. Pero había dentro de mí una desolación tremenda y no quería seguir sintiendo eso, así que tome un papel y puse: “Diosito por favor, llévame contigo, en donde me puedas cuidar de cerca.” Luego la guardé bajo el colchón de mi cama. Pero no dio resultado, entonces, escribí una segunda carta: “Querido Dios, espero no estés muy ocupado para escucharme. En la iglesia dijo el sacerdote que tú siempre estabas cuidándonos, incluso de noche cuando dormimos. Por favor, no permitas que nada me pase esta noche.” Ésta la dejé sobre mi mesa de noche, doblada con la esquina metida debajo de la lámpara con forma de Winnie Pooh. Tampoco dio resultado. Al día siguiente rompí las dos cartas en cientos de pedazos y nunca más le volví a hablar a Dios, supe que no existía.
...Algunos años más tarde, cuando tendría unos diez años, escribí nuevamente. Esta vez era más como una despedida: “Mamá, nunca he entendido porque eres tan cruel conmigo. ¿’Cómo puedes ignorar mi sufrimiento, cómo puedes ser tan tonta? Papá, ¿cómo puedes hacerle eso a mamá? Madeleine, sabes que siempre te querré. Cuida del pequeño Tom.”
...No volví a escribir nada hasta después de tres años, cuando tenía trece. En aquella ocasión no escribí una despedida, sino más bien describí a detalle cómo iba a asesinar a mis padres.
...Ver a mis padres muertos fue la sensación más placentera que jamás había tenido. Desde entonces cuando me sentía triste o llena de rabia, solo me imaginaba aquello que había escrito y la paz me envolvía en un manto blanco, cálido, suave y terso....Cuando visité a Sara mientras ella aún vivía quise decirle toda la verdad, pero no había tiempo, ella debía parar de escribir, era heredera de la maldición; sus libros, sus personajes, cada palabra que escribiera sería su propia condena.
...No era la primera vez que se me aparecía un muerto. Ya había visto a mi madre alguna vez. Edgar insistió y no me dejaba escribir con su parloteo, así que me puse los audífonos y puse la música a todo volumen para no escucharlo.